domingo, 22 de julio de 2018

Sant Joaquim, 28. Gràcia, Barcelona.

Casi ha pasado un año desde que no paso por aqui.
Dar clases todo el día es muy agotador, pero no deja de ser el trabajo más gratificante que pueda tener, hecho a mi medida...pasar los días de cháchara con l@s alumn@s, contándonos las penas y las alegrías entre puntada y puntada. Es una conexión ancestral difícil de explicar si no se experimenta.
Y entre tanta emoción sigo manteniendo la tienda abierta al público, a todo el que quiera pasar y regalarse algo hecho a cocción lenta, hecho con amor.
Y de tanta dedicación llega el momento de la recolección y desde hace un mes estoy en un local maravilloso muy cerca al anterior y donde cada cosa tiene su lugar.
Es así como la tienda vuelve a tener protagonismo y no se ve superada por la constante actividad del taller.
Además he tenido la suerte de que dos chicas encantadoras, Mariel y Estefanía, tuvieran que hacer su proyecto fin de curso de escaparatismo eligiendo mi nueva tienda para hacerlo y le han podido dedicar el cariño que yo a veces no puedo.