Por tanto para evitar hundirte en el pozo de la amargura, o para salir de él, lo mejor es coser, coser en compañía, ese cotorreo entre ruido de máquinas es lo que más te une contigo misma, por un lado estas concentrada en lo que estas cosiendo y eso te obliga a no pensar en nada más, y por otro te ves hablando y contando cosas que necesitabas sacar y no encontrabas dónde ni con quién. Como todas están consentradas en sus proyectos puedes contar lo que quieras, porque te oirán, pero no podrán juzgarte ni decirte nada porque estarán pensando en cómo unir la manga... Siempre habrá alguna que te estará prestando atención y pondrá la manga en el cuello, pero no le importará, te lo aseguro.
Entonces ya sabes que los sábados puedes venir a coser en compañía? Eres consciente de que eso puede cambiar tu vida?
No esperes más y ponte a coser con tus amigas, si no podéis los sábados buscamos otro día.