Son muchísimas alumnas con sus particulares historias las que han pasado por mi taller. He aprendido a disfrutar mucho de mis clases y a menudo me emociono cuando veo el entusiasmo y emoción que mis alumnas desprenden al terminar un proyecto. Todas las que vienen disfrutan tanto como yo de nuestro momento juntas. Me pasa con las alumnas de todas las edades, disfruto con las más pequeñas con las pre y con las adolescentes, al igual que con todas las adultas. Hablo en femenino porque son mayoría, pero también tengo algunos alumnos masculinos.
Viendo el bien que hace la costura en mis alumnas creo fehacientemente que es una maravillosa manera de superar momentos duros de la vida, una buena manera de meditar, una buena manera de limpiar la mente, de sacar preocupaciones fuera compartiéndolas con las compañeras, una buena manera de unir nuestra energía en positivo y la mejor manera de renovar tu armario valorando cada prenda que en él cuelga. Valorando las prendas que haces empiezas a valorar todo lo que está hecho con dos manos y con amor a tu alrededor, entonces empiezas a valorar todo lo que tienes y sobre todo a valorarte.